Al
que ingrato me deja, busco amante;
Al
que amante me sigue, dejo ingrata;
Constante
adoro a quien mi amor maltrata,
Maltrato
a quien mi amor busca constante.
Al
que trato de amor, hallo diamante,
Y
soy diamante al que de amor me trata,
Triunfante
quiero ver al que me mata
Y mato al que me
quiere ver triunfante.
Si a
éste pago, padece mi deseo;
Pero
yo, por mejor partido, escojo;
De
quien no quiero, ser violento empleo;
Que,
de quien no me quiere, vil despojo.
A
una Rosa
Rosa divina, que en gentil
cultura
Eres con tu fragante
sutileza
Magisterio purpúreo en la
belleza,
Enseñanza nevada a la
hermosura.
Amago de la humana
arquitectura,
Ejemplo de la vana
gentileza,
En cuyo ser unió naturaleza
La cuna alegre y triste
sepultura.
Cuán altiva en tu pompa,
presumida
Soberbia, el riesgo de morir
desdeñas,
Y luego desmayada y
encogida.
De tu caduco ser das mustias
señas
Con que con docta muerte y
necia vida,
Viviendo engañas y muriendo
enseñas.
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